Aquí estamos, perdidos, desubicados sin entender que paso con los deseos y propósito del fin de año de diciembre 2019, con lo prometedor del año de los gemelos 2020. Para entonces mientras comías las 12 uvas algo sabíamos de un virus, pero no lo percibíamos como amenaza o como algo que nos importara. ¿Y por qué habría de hacerlo? Si ya había pasado antes y eso se quedaba en tierras lejanas y no era nuestro problema.
Pero hoy está amenazando nuestra libertad, nuestras familias, nuestro modo de sustento y nuestra propia vida. Nos ha convertido en armas letales para los más débiles si no cuidamos de nosotros mismos, nos está pegando más a ese celular que no soltamos cuando manejamos, a ese computador que nos impedía dedicarle tiempo a la familia, amigos, parejas, al televisor para vivir la realidad dentro de las fantasías de las películas y olvidarse de la propia. Hoy nuestro lugar seguro es la casa, pero en realidad lo es desde hace mucho.
Para quienes amamos la naturaleza sentimos un gran castigo verla desde los barrotes de la ventana, pero la verdad es que la inseguridad de la libertad al aire libre hace rato venia haciendo que cada día, más personas se encerrarán en sus casas, algunos en oficinas y gimnasios. Salir al aire libre lejos de las ciudades se convirtió en un acto heroico para muchos llenos de osadía. Pero en ese encierro las personas sentían tener el control de sus empleos, para alejarse de la familia a conveniencia, el control de mantener sus ingresos, de atender las emergencias médicas sin pensar en colapsos del sistema de salud, entre otros escapes de la realidad (Claro otro grupo de la población vive en colapso constante sobreviviendo en las calles y barrios marginados). Mientras todo esto pasaba miles de personas en el mundo morían de hambre, de ataques al corazón, de diabetes, por un montón más de virus, enfermedades, y tristemente en manos de la maldad de otros seres humanos (sigue sucediendo); No voy a hablar de números pero seguro son escandalosas las estadísticas anuales de todas estas pandemias que ya teníamos pero no las veíamos tan cercanas porque las normalizamos, se volvió normal el cáncer, los asesinatos, países en guerra, países con hambrunas, todo esto se nos volvió una noticia recurrente y pasada de moda en los noticieros, además no tenía que ver directamente con nosotros.
Pues el universo se canso de vernos en estado catatónico ante tanta barbaridad a nuestro alrededor y nos despertó con algo que nos hiciera evaluar nuestro papel en la vida y nuestra responsabilidad sobre lo que hemos hecho, y esto muy por fuera de las teorías conspirativas de si el virus se genero de manera espontánea desde un murciélago o una mente oscura lo creo con fines desestabilizadores para sacar provecho económico de la crisis.
Sencillamente, sólo pensemos que esto vino a descontracturar nuestra alama, nuestro espíritu, a hacernos entender nuestro egoísmo, y como todo lo que vino a enseñarle a nuestras almas y espíritu no se irá hasta aprender y crecer- Me refiero que puede cesar para darnos un respiro, pero si la conciencia colectiva se niega a la evolución esto volverá y cada vez más fuerte. No es un articulo fatalista, pues solo si aun eres de los que temen si va a morir o a perder uno de sus familiares, o esta preocupado por sus ganancias o sus perdidas financieras, o está lucrándose de timar a las personas usando su pánico para vender accesorios que en realidad no son necesarios más que para un efecto psicológico de seguridad, estás vibrando en la frecuencia equivocada, estas en el lado oscuro de esta tarea y estas inmerso en el egoísmo y la avaricia que nos trajo a esto y te mantendrá en esto hasta que entiendas. La teoría de escasez en el nivel espiritual te dice que la atraes cuando crees que lo que logran otros te resta de lo que puedes lograr tú. LA VIBRACIÓN que necesitamos es la de abundancia donde todo lo que llega a ti esta disponible de manera infinita para todos, solo debes estar abierto a recibirlo. Es hora de entender que el miedo no es una opción, que la solidaridad, el amor y la unión es la respuesta. No se trata de la muerte de tus padres u otro allegado, se trata de que la muerte de cualquier padre o abuelo nos debe conmover y hacer reaccionar, el amor debe elevarse de manera colectiva no seguir en el individualismo.
La miseria humana más peligrosa no son las personas pobres que salen a la calle a robar por desesperación porque no encuentra otra opción, la miseria más peligrosa es cuando la clase poderosa no tiene escrúpulos para acaparar lo que cree finito a expensas de cualquier otro ser humanos, llevándose por delante nuestra madre tierra en el camino o cuando las personas humildes pierden su alma y su espíritu haciendo de su miseria económica un negocio de manipulación.
Por lo tanto, esto es un llamado a que cada uno, si está solo o acompañado haga su examen de conciencia, pensemos como esta experiencia nos puede cambiar la manera de ver la vida, que tipo de economía podemos construir que sea integradora y que respete tanto las personas como la tierra. Que valores debemos revisar y cuales debemos incluir, que tantas cosas necesitamos para vivir bien, evaluemos ese concepto de abundancia que tenemos. Esto es un mensaje y una tarea necesaria para todos los niveles y clases sociales, pues todos hemos creado la realidad en la que estas circunstancias no ha tomado, y seremos los únicos responsables de cómo saldremos de ella, no esta en la mano de gobiernos ni científicos, esta en cada uno de nosotros.
“No es una cuarentena para anidar el miedo, es una pausa para desintoxicar el alma y darle amor al mundo”
Es mi sentir, mi verdad no tiene que ser la tuya pero espero que te haga reflexionar sobre cómo vamos a abordar el momento de regresar!!!
Hermosa reflexión. Lo más difícil se me hace, tener la mirada serena a través del tiempo y sus acontecimientos.
Un saludo.
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Gracias iñaki, ciertamente mantenernos serenos es el reto!!
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Ciertamente Iñaki mantenernos serenos es el reto!!
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